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SAN FRANCISCO DE ASIS, PATRÓN DE LOS VETERINARIOS

En estos días, concretamente el 4 de octubre, celebramos doblemente la festividad de San Francisco de Asís, como patrón de los veterinarios y posteriormente de los animales y del medio ambiente, como así lo instauro San Juan Pablo II en 1982.

Sobran referencias bibliográficas para justificar, la acertada elección de San Francisco de Asís como patrón de la profesión Veterinaria.

De sobras es conocida, la conexión tan especial que San Francisco de Asís tenía con los animales. Cuenta la historia, que todas las especies lo escuchaban y obedecían sus órdenes, entre ellas las golondrinas, que lo seguían en bandadas y formaban una cruz por encima del lugar donde él predicaba. Hasta un lobo salvaje, el lobo de Gubbio que devoraba las ovejas y atacaba a los hombres, dejó de agredir tras ser amansado por el Santo de Asís.

San Francisco llevado por su infinito amor a las criaturas, sin pretenderlo sentó las bases, de la medicina animal. Entre sus muchos milagros con animales podemos relatar como la epizootia basavobe (peste bovina) que asoló la villa de San Elías (Rieti) fue erradicada rociando sobre los animales enfermos el agua utilizada por el Santo para lavarse las manos y los pies.

O como el buey de Martín al romperse una extremidad, quedo al cuidado del bienaventurado Francisco y al día siguiente estaba pastando completamente curado.

O como el heno guardado en el pesebre de la localidad de Greccio, la noche del 24 de diciembre de 1223 se convirtió milagrosamente en medicina para los animales enfermos y en revulsivo eficaz para alejar toda clase de enfermedades.

San Francisco de Asís, dedicó su vida a ayudar, acompañar y a guiar a todos los seres vivos, en especial, a los animales, a quienes consideraba sus “hermanos menores”

San Francisco amaba a Dios en el obrar y en el padecer, como así lo manifiesta en su Cántico a las Criaturas, y su manera de situarse ante la Creación. Para él, todos los seres, formando una familia gozosa bajo la paternidad de Dios, son sus «hermanos» y «hermanas»

Ahora en un mundo especialmente sensibilizado por el medio ambiente y las consecuencias del cambio climático, cobra especial significado el amor hacia los animales y el medio ambiente que San Francisco de Asís predicaba nueve siglos atrás. Muestra de ello son las múltiples referencias a las maravillas de la naturaleza, su admiración por los animales y las plantas, y el cuidado que les debemos, tal y como figura en sus Florecillas, como así llamaba a los escritos que dirigía a sus hermanos.

San Francisco de Asís, ejemplo de humildad y aceptación de la voluntad de Dios, fue capaz de ver la pequeñez del hombre y grandeza de Dios en la Naturaleza.

San Francisco de Asís, amaba la vida de un modo sobrenatural con alegría, aún en sus infinitos padecimientos, como así se representa en los frescos de la cúpula de la capilla de la Facultad de Veterinaria de Zaragoza, cuya belleza y singularidad tuve la oportunidad de comprobar durante mis años de formación universitaria.

La profesión veterinaria, tradicionalmente es conocida por su responsabilidad, en la salud de los animales que alegran nuestros hogares y de los animales de producción y abasto. Pero menos se conoce de su implicación en la lucha contra las zoonosis como el COVID, las enfermedades vectoriales, las emergentes y reemergentes y las transmitidas por los alimentos que afectan a la salud humana y a los ecosistemas naturales; en la vigilancia de la calidad y la inocuidad de los alimentos; en la investigación biomédica; en la protección del medio ambiente o en la defensa de la biodiversidad biológica.

Por eso hoy más que nunca resulta especialmente importante reconocer el protagonismo y compromiso de esta profesión con el concepto “One Health”, una Sola Salud, como estrategia diseñada por la OMS, que engloba de forma interactiva la salud de los animales, la salud pública y el medio ambiente, y que coincide plenamente con su tradicional lema “Hygia Pecoris, Salus Populi” La Higiene de los Animales es la Salud del Pueblo.

Por todo ello, si San Francisco hubiera podido elegir el patronazgo de una profesión, sin duda hubiera elegido la profesión Veterinaria.

Y para finalizar este breve reconocimiento a nuestro venerado Patrón, nada mejor que recordar algunos fragmentos de la Encíclica del Papa Francisco Laudatio si, sobre el cuidado de la casa común:

«Laudato si, mi Signore» – «Alabado seas, mi Señor», cantaba San Francisco de Asís. En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una ma­dre bella que nos acoge entre sus brazos: «Alaba­do seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba», extraído del párrafo primero.

«Porque todas las criaturas están conectadas, cada una debe ser valorada con afecto y admiración, y todos los seres nos necesitamos unos a otros», extraído del párrafo cuarenta y dos.

Que ASI SEA.

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