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¿Nos debe preocupar la Gripe Aviar?

La gripe aviar o influenza aviar, es un proceso infeccioso de las aves, causado por cepas del tipo A del virus de la gripe y se manifiesta desde unos leves síntomas, que pueden pasar totalmente desapercibidos hasta un proceso agudo que puede llevar a la muerte de los animales de forma rápida y ocasionar una epidemia.

Generalmente estos virus no suelen afectar a la especie humana, pero dentro de las diferentes cepas, hay algunas consideradas como hiperpatógenas que han dado el salto al hombre ocasionando enfermedades graves que han llevado a la muerte de los individuos. Estas cepas se transmiten mucho mejor entre las aves y su patogenicidad es mayor, pudiendo variar rápidamente, mutar, y lograr la capacidad de transmitirse a la especie humana, Influenza Aviar altamente patógena, HPAI, su acrónimo en inglés.

En la naturaleza existen tres tipos diferentes del virus de la influenza A, B y C. Los virus del grupo A se dividen a su vez en subtipos según el tipo y características de dos proteínas que se encuentren en su superficie, Hemoaglutininas (HA) y Neuraminidasas (NA). Las aves tanto domésticas como silvestres son los hospedadores naturales de todos los subtipos de los virus de la influenza A, circulando entre ellas de forma natural y hasta la fecha, todos los brotes de formas altamente patógenas han sido causados por los subtipos H5 y H7.

Las aves migratorias, y en particular los patos, muy resistentes a padecer la enfermedad, son las encargadas de dispersar los virus en el medio natural a través de las heces, saliva y las secreciones nasales. Las aves de corral por su parte son muy sensibles a sufrir una epidemia por estos virus, padeciendo una elevada mortalidad, de ahí que los periodos de cuarentena de las granjas infectadas y la destrucción de todos los animales que hayan podido estar expuestos a los virus sean algunas de las medidas de control que ayudan a prevenir la dispersión del virus y posible establecimiento entre la población aviar. No debe olvidarse que los medios mecánicos como los vehículos o el intercambio de material contaminado con heces de las aves infectadas entre las granjas diseminan rápidamente la enfermedad.

No es frecuente que las personas se infecten con el virus de la gripe aviar y han sido los tipos H5N1, H7N9 y H9N2, además de las variantes de la gripe porcina AH1N1 y AH3N2 los que han estado implicados en los brotes que han aparecido en todos los continentes. La circulación de ciertas variantes de la gripe aviar en aves de corral en todo el mundo es una preocupación que atañe a la salud pública, porque pueden causar enfermedades graves en humanos que tienen poca o ninguna inmunidad al virus.  Por ejemplo, el virus H5N1 se detectó por primera vez en seres humanos en 1997 a consecuencia de brote originado en aves de corral en Hong Kong y desde entonces se ha detectado en aves domésticas y silvestres de todo el mundo.

Recientemente las autoridades rusas han alertado a la Organización Mundial de la Salud de la detección del virus H5N8 en varias granjas aviares. Esta cepa no es nueva y su importancia estriba en que varios trabajadores de estas granjas se encontraban infectados con esta variante, por lo que se ha producido el salto interespecie, lo que confirma el carácter zoonósico de este patógeno. Lo que desconocemos por el momento es si esta cepa con alta capacidad de mutación tiene el potencial de transmitirse entre humanos, lo que agravaría enormemente el problema, más aún dada la situación en la que nos encontramos actualmente en medio de la pandemia ocasionada por el SARS-Cov-2, que a fecha de hoy lleva más de dos millones y medio de personas fallecidas.

¿Debemos entonces preocuparnos por la gripe aviar?

La nueva variante N8H5 ya se había detectado en unos 20 paises europeos incluida España en las aves domésticas. Tras el informe ruso, los Paises Bajos y Francia comunican la presencia de este virus en aves migratorias y recientemente se detecta en un ave acuática en España, en el Parque Natural de los Humedales del Ampurdán, Gerona. Por su parte Francia acometió el sacrificio de cientos de miles de aves en las granjas del suroeste por la proximidad a los focos detectados a finde evitar una posible propagación del virus. En este momento las autoridades sanitarias internacionales no manifiestan ni transmiten temor a que se produzca una epidemia o pandemia de gripe aviar, pero sí aconsejan estar prevenidos para preparar las respuestas adecuadas y empezar a implementar medidas de prevención, de tal forma que con la experiencia acumulada por la pandemia que nos afecta actualmente del Covid-19 no cometamos los mismos errores.

Las primeras medidas deben iniciarse en las granjas avícolas y los trabajadores protegerse con los equipos adecuados para no infectarse en el caso de producirse un brote de la nueva variante del virus. Establecer un sistema de vigilancia que detecte rápidamente cualquier foco y proceder al aislamiento del mismo por los servicios Veterinarios oficiales, tomando las medidas necesarias, aunque sean las más drásticas posibles tanto en las granjas afectadas como en el medio ambiente y poner en alerta a los servicios de prevención del Sistema Sanitario de Salud.  Una monitorización continua de las evoluciones del virus en las aves domésticas y silvestres así como sus posibles mutaciones genéticas, son aspectos cruciales para poder vislumbrar de forma inmediata las posibles repercusiones que puedan afectar tanto a la salud animal como a la pública.   ¿Nos suena todo esto? One Health.

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